A menudo podemos encontrarnos con determinados mitos sobre el aceite de girasol que no siempre son ciertos. En especial, son muy comunes aquellos que comparan el aceite de girasol con el aceite de oliva, dejando al primero en una posición rebajada respecto a este sustitutivo.
Sin embargo, el aceite de girasol contiene propiedades que resultan muy beneficiosas para la salud, lo que hace muy recomendable su consumo moderado. En este post vamos a recoger algunos de los principales motivos por los que se recomienda su consumo.
Beneficios del aceite de girasol
Beneficios del aceite de girasol para el consumo alimenticio
Su alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados (ácido linoleico y linolénico) suponen beneficios para la salud cardiovascular, ya que reducen el riesgo de ataques al corazón y el nivel de colesterol, lo que se traduce en una reducción de los problemas circulatorios.
También contiene altos niveles de Vitamina E, un antioxidante que previene de asma, artritis, reumática y cáncer de colon, entre otros beneficios.
Además, cabe destacar que el aceite de girasol también protege las células de diferentes tipos de cáncer.
Beneficios del aceite de girasol para la piel
Además de beneficios nutricionales, el aceite de girasol también aporta beneficios para nuestra piel, por lo que se emplea como ingrediente en la fabricación de cremas dermoprotectoras.
Esto se debe a que el aceite de girasol contiene una importante cantidad de Vitamina E y ácido linoleico, el cual hidrata y protege nuestra piel al mismo tiempo que disimula cicatrices y previene de la aparición de acné y arrugas.
Beneficios del aceite de girasol para los músculos y articulaciones
De la misma manera que ocurre con las cremas para la piel, el aceite de girasol también está presente en productos empleados como remedio para inflamaciones musculares y dolores articulares. Por lo tanto, podremos encontrarlo en productos antiinflamatorios y destinados a masajes.
Beneficios del aceite de girasol para el cabello
Aunque quizás pueda parecer contraproducente en primera instancia, el aceite de girasol también tiene numerosos beneficios para nuestro cabello. A las propiedades hidratantes ya mencionadas se unen los efectos anticaspa y anticaída del pelo, así como la protección del cuero cabelludo que reduce picores y molestias.
Sin embargo, el hecho de que suponga numerosos beneficios para la salud no significa que sea bueno abusar de ello. De hecho, ocurre todo lo contrario ya que un consumo excesivo de este tipo de aceite puede tener graves consecuencias cardiovasculares, obesidad, diabetes, dolores articulares y cáncer de próstata y mama.
Recomendaciones para el consumo de aceite de girasol
El aceite de girasol no soporta bien las altas temperaturas y puede perder su contenido en vitamina E al ser cocinado, además de generar determinadas toxinas perjudiciales. Por ello, es recomendable el consumo de primera pensada (no refinado) y crudo. El aceite de girasol más saludable es aquel que no ha sido sometido a ningún proceso de refinamiento, ya que contiene sus valores originales de vitamina E.
Si el aceite no es refinado ni se ha sometido a altas temperaturas, se conservará durante mucho más tiempo que otro tipo de aceites debido al efecto antioxidante de la vitamina E.
